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HISTORIA

Historia de la plastinación: de la concepción a la invención

En julio de 1977, mientras trabajaba como científico y ayudante de investigación en el
Instituto de Patología y Anatomía de la Universidad de Heidelberg, el Dr. Gunther von
Hagens tuvo una atrevida idea. “Estaba mirando una colección de especímenes incrustados
en plástico. Era para entonces la técnica de conservación más avanzada, según la cual
los especímenes se mantenían en el interior de un bloque de plástico transparente. “Me
pregunté por qué se vertía el plástico y a continuación se curaba alrededor de los
especímenes, en lugar de introducirlo en las células, lo que estabilizaría el espécimen desde
el interior y literalmente nos permitiría recogerlo”, relata el doctor.

La idea constituyó una epifanía para el Dr. von Hagens y fue la génesis de la plastinación,
su invención innovadora por la que todos los fluidos corporales y grasa soluble de los
especímenes anatómicos son extraídos para detener la descomposición, y sustituidos
mediante la impregnación forzada al vacío con resinas reactivas y elastómeros, tales como la
goma silicónica y resinas epoxídicas, que se endurecen mediante la acción del gas, la luz o el
calor, dotando a los especímenes de rigidez y permanencia.

Semanas más tarde, mientras preparaba una serie de láminas de riñones humanos para
un proyecto de investigación, tuvo otra idea al introducir las secciones de riñón en vidrio
acrílico líquido y ver las burbujas de aire que se producían al revolver el endurecedor, que
había que extraer al vacío. “Se me ocurrió que sería posible impregnar al vacío de plástico
una pieza renal empapada de acetona simplemente extrayendo la acetona en forma de
burbujas, igual que se hace en la desgasificación” dice von Hagens. Aunque se extrajeron del
espécimen muchas burbujas de acetona, se resecó y convirtió en una masa negra al cabo de
una hora.

Pero el Dr. von Hagens no se amilanó por el resultado de su viaje inaugural al mundo
de la plastinación. Sus conocimientos básicos de física y química le permitieron concluir
que la coloración negra era resultado de las cualidades refractivas del plexiglás, y que la
contracción se debía a la velocidad acelerada del proceso de impregnación. Esto le indujo a
repetir el experimento una semana más tarde utilizando goma silicónica líquida, que posee
unas propiedades refractivas más favorables. Aplicó la impregnación lentamente, vertiendo
silicona fresca en tres baños separados para evitar el endurecimiento prematuro de la
silicona causado por la exposición al aire. Tras curar el espécimen al aire, el Dr. von Hagens
pudo sostener en sus manos el primer ejemplar plastinado del mundo.

En marzo de 1978, el Dr. von Hagens presentó una patente de su invención ante la Oficina
de Patentes alemana. Sin embargo, tan sólo había tocado la superficie de la plastinación.
Tardaría trece años más en refinar su invención y crear el primer espécimen plastinado de
cuerpo entero, aunque incluso hoy declara que sus métodos no son todavía perfectos.

Durante sus experimentos, el Dr. von Hagens solicitó el consejo de otros científicos cuando
se topó con obstáculos. El Dr. Wolfgang Koser, distinguido científico en el campo de los
polímeros y en aquel entonces jefe del Departamento Tecnológico de Aplicaciones de
Resinas Reactivas de BASF AG en Ludwigshafen, Alemania, fue el asesor más cercano del Dr.
von Hagens durante su descubrimiento inicial. “Me mostró órganos y partes de tejidos que
habían sido impregnados con resinas sintéticas pero que no satisfacían sus expectativas y
requisitos”, agregó von Hagens.

“Considerando los conocimientos normalmente escasos en el campo de la química de
polímeros de los físicos, los especímenes estaban sorprendentemente bien hechos,” escribe
el Dr. Koser. Proporcionó a von Hagens asesoramiento técnico sobre el procesamiento
adecuado de las resinas sintéticas – cómo superar las dificultades relacionadas con el curado
de las resinas en un entorno húmedo y en el interior de los finos vasos sanguíneos. Intrigado
por la idea de trabajar con “un científico extremadamente motivado, altamente innovador,
poco convencional y sin embargo muy afable”, el Dr. Koser se ofreció a trabajar con von
Hagens en su laboratorio los fines de semana.

Como todos los descubrimientos científicos pioneros, la plastinación tuvo su buena parte
de fracasos espectaculares antes de obtener el éxito. Klaus Tiedemann, entonces profesor
del Instituto de Anatomía y Biología Celular de la Universidad de Heidelberg y colega del
Dr. von Hagens, fue testigo de algunos de ellos. Recuerda un día en el laboratorio, cuando
von Hagens trataba de hacer funcionar una cámara de vacío fabricada con chapas de acero
inoxidable soldadas.

“Un cristal de seguridad de unos dos centímetros y medio de espesor hacía de tapa. Cuando
el vacío había alcanzado tan sólo aproximadamente una décima de la presión atmosférica
normal, la placa de vidrio, que se había doblado considerablemente para entonces, estalló
con el ruido de una granada de mano y nos cubrió con pedacitos de cristal,” escribe.
A pesar de los muchos contratiempos, el Dr. von Hagens perseveró con lo que se había
convertido en su obsesión profesional y personal. En 1981 presentó su patente de “Tejidos
animales y vegetales conservados de forma permanente mediante la impregnación con
resinas sintéticas,” ante la Oficina de Patentes estadounidense. En rápida sucesión, el
Dr. von Hagens publicó varios documentos académicos sobre su invención, y constituyó
BIODUR, una empresa para la comercialización de los ingredientes y fórmulas esenciales
para la plastinación a 400 universidades y escuelas de medicina de todo el mundo. Fundó
también el Instituto de Plastinación, y finalmente las exposiciones anatómicas BODY
WORLDS.

Con la plastinación, el Dr. von Hagens ha cambiado irrevocablemente el campo tradicional
de la anatomía y el público de ésta. “El objeto de la plastinación desde su propia concepción
fue científico: educar a los alumnos de medicina. Pero el interés de los legos en la materia
por los especímenes plastinados me inspiró a pensar en exposiciones públicas, a lo que
siguió darme cuenta de que tenía que ofrecer un sentido más elevado de la estética para
evitar desaliento público y captar su imaginación,” declara el Dr. von Hagens.
Desde 1996, más de 33 millones de personas de todo el mundo –en más de 50 ciudades de
Asia, Europa, Estados Unidos y Canadá– han contemplado las exposiciones BODY WORLDS.

Para obtener más información, póngase en contacto con la Oficina de Prensa de
BODY WORLDS o visite www.bodyworlds.com.